Bienvenidos!!!
Nos volvemos a leer. Les cuento un poco de que estuvimos hablando éstas semanas.
La importancia de la mirada. O sea, dónde está puesta nuestra mirada y dónde debería estar.
Muchas veces, sin darnos cuenta, nos dejamos arrastrar por el "mundo" y nos detenemos a mirar cosas que no nos edifican. De a poco ésto se va haciendo una costumbre, un mal hábito, el cual nos va adormeciendo espiritualmente y nos roba tiempo devocional con Dios.
Nacimos y vivimos en la era de las comunicaciones. Todo es visual. Todo entra por los ojos. Nos venden un mundo que ni siquiera necesitamos, pero lo terminamos deseando (lo que antiguamente eran "los espejitos de colores" que le vendían a los indígenas). Pero Dios nos llama a poner nuestra mirada en El. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Pablo entendió perfectamente ésto cuando escribió "...corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe."
Puestos los ojos en Jesús. Esa es la clave para enfrentar los problemas, para enfrentar nuestros temores, para enfrentar las tentaciones; para caminar sobre las aguas como Pedro. Con respecto a esto último, siempre se recuerda cómo se hundió. Pero lo destacable es que miró a Jesús, le creyó y actuó en consecuencia. Y digan lo que digan es la única persona que pudo dar unos pasos sobre el agua... ¿O ustedes lo hicieron?
Otro beneficio de mirar a Dios, es la salvación. No sólo para obtenerla, sino que también es la clave para cuidarla. Dios dijo a través del profeta Isaías "mirad a mí y sed salvos todos los términos de la tierra." Para obtener y mantener nuestra salvación hasta el fin es necesario no quitar la vista de Cristo. Como el atleta que mantiene su mirada fija en la meta y ni se le cruza por la cabeza mirar para los costados, porque sabe que si lo hace se puede desconcentrar y en consecuencia perder la carrera, así nosotros debemos proseguir firmes hacia nuestra meta, para obtener la corona que nos espera si no desmayamos.
Bueno, amigos y hermanos, me despido hasta la próxima semana y espero que ésta lección les sea de utilidad.
Que el Señor añada su bendición.

Fede.

¡Bienvenidos!
Les cuento que esta semana, como dice el título, hablamos acerca de la oración.
¿Qué es la oración? Es un medio que tenemos para comunicarnos con Dios. Es nuestra conexión directa con nuestro Padre que está en los cielos. No necesariamente es algo litúrgico y solemne como estamos acostumbrados a ver en las películas, sino más bien es como hablar con un amigo. A través de la oración podemos contarle nuestros problemas, nuestras dudas, nuestros temores; podemos presentarle nuestros planes, sueños y proyectos y pedirle consejo, guía y dirección. También podemos agradecerle por todo lo que tenemos y reconocer que es por El y por su gracia.
Esto no es todo, a través de la oración, también podemos escuchar lo que El tiene para decirnos. No es un monólogo, sino una conversación.
Otra cosa que hablamos, es si pensaban que había una posición correcta para orar, y concluímos que depende de cada uno, de la situación y del tipo o motivo de la oración.
Lo importante es la disposición del corazón.
En la Biblia, se registran oraciones hechas de rodillas, de pie, sentados, postrados, recostados en la cama; en campo abierto, en el templo, a la orilla del río, en la playa, en el campo de batalla; en silencio, en voz alta, alzando las manos; a solas, en grupos, en momentos determinados o en cualquier momento.
En una ocasión, los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñe como debían orar. Luego de unas pautas generales (no ser hipócritas, no usar vanas repeticiones, etc.)les dió un modelo de oración, que hoy se conoce como el Padre Nuestro.
Basándonos en este modelo, nosotros hicimos nuestra propia versión, la cual transcribo a continuación:
DIOS PADRE, PONEMOS TU NOMBRE EN ALTO.
HACE CON NOSOTROS LO QUE QUIERAS, COMO ES TU VOLUNTAD EN EL CIELO, QUE SEA AQUI EN LA TIERRA.
DANOS TODO LO QUE NECESITAMOS.
PERDONANOS TODO LO QUE HICIMOS QUE TE OFENDIO, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDIERON.
FORTALECENOS ANTE LAS TENTACIONES Y GUARDANOS DEL DIABLO.

Bueno, espero que les haya sido de bendición, y los espero la próxima semana a la misma koinohora, por el mismo koinocanal.

Que Dios los bendiga, los acompañe y los fortalezca todos los días, en todo momento y en todo lugar.

¡Bienvenidos una vez más, amigos y hermanos!

El sábado en nuestra reunión, les hice una pregunta. Si fueran amigos del Presidente y le pudieran pedir que resuelva un problema, con la certeza de que lo haría ¿qué sería? Hubo variadas respuestas. Por ej.:
-La deuda externa
-Viviendas para indigentes
-La inseguridad
-Legalizar la droga
-Más puestos de trabajo
-etc...

¿Y si se lo pidieran a Dios? fue mi siguiente pregunta. Estas también fueron variadas. Por ej.:
-Igualdad de razas
-Que se pueda predicar libremente
-Que la gente más importante no se muera
-etc...

La reflexión que surgió fue acerca de la diversidad de peticiones en un grupo pequeño, imagínense si lo multiplicáramos por la cantidad de habitantes del planeta, entonces ¿por dónde empezar?¿cómo conformar a todos?
Lo particular vs. lo general.

Dios tiene un plan supremo: "LA SALVACION", que todos procedan al arrepentimiento, que ninguno se pierda.

En el libro del profeta Isaías nos dice "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos."(Isaías 55:8-9)
Nosotros vemos lo inmediato, lo del momento histórico que nos tocó vivir. Dios ve más allá. Dios tiene el control.

Sabiendo que Dios tiene el control sobre el plan general, tnemos que concentrarnos en las necesidades que hay a nuestro alrededor. Enfoquémonos en necesidades concretas (familiares, amigos, compañeros de colegio, vecinos). Todos tenemos necesidad de ser escuchados, pero también hace falta que sepamos escuchar. Y sobre todo saber que hacer con eso ¿se lo contamos a todo el mundo? definitivamente, NO. El chisme es malo. En el libro de Levítico dice "no andarás chismeando entre tu pueblo" y lo pone junto con "no atentarás contra la vida de tu prójimo" (Levítico 19:16) Es para pensarlo...
En Proverbios dice que "el chismoso aparta a los mejores amigos" (Proverbios 16:28).

Tenemos que hacer lo que dice Pablo "sobrellevad los unos las cargas de los otros" Ayúdense unos a otros.

Y esa fue la propuesta final, que se comprometan en grupos de a 2 a orar entre ellos.

"Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañeros; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante." (Eclesiastés 4:9-10)

Los saludo con la paz de Dios y los espero el próximo sábado a las 17 hs. en San Isidro 4335 - Villa Domínico; o bien aquí, en nuestro lugar en la red.

Saludos. Fede.

Para los que no conocen ésta palabra, es un vocablo griego que básicamente significa comunión, asociación. En la Biblia está relacionada con la idea de compañerismo, el compañerismo que debe caracterizar la vida cristiana.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, por ej., nos relatan que después de la predicación de Pedro se añadieron a la iglesia como tres mil personas, y nos cuenta que “perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” Tenían algo en común, el conocimiento del contenido del mensaje cristiano.
El compañerismo cristiano es práctico, es compartir de lo que se tenga con los menos afortunados.
También tenemos koinonia (compañerismo) en la fe. No somos elementos aislados, sino integrantes de una comunidad.
Hay koinonia en el espíritu. Vivimos en la presencia, compañía, ayuda y guía del Espíritu Santo.
Tenemos koinonia con Cristo. Pablo escribe que fuimos llamados a la comunión con Jesucristo. Aparte, cada vez que participamos de la Santa Cena, el pan y la copa son la koinonia del cuerpo y de la sangre de Cristo.
Por último, tenemos koinonia con Dios. Juan escribe que nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. También dice que Dios es luz, y para tener comunión con él debemos andar en luz y no en tinieblas. Este compañerismo está éticamente condicionado.
En resumen, koinonia es lo que liga a los cristianos unos con otros, con Cristo y con Dios.

Bueno, espero que se haya entendido, me despido hasta la próxima a lo Pablo...

“Eso es todo, queridos hermanos: me despido de ustedes pidiéndoles que estén alegres. Traten de ser mejores. Háganme caso. Pónganse de acuerdo unos con otros y vivan tranquilos. Y el Dios que nos ama y nos da paz, estará con ustedes. Salúdense unos a otros con un beso de hermanos. Todos en la iglesia les mandan saludos.
¡Que el Señor Jesucristo los bendiga!
¡Que Dios les muestre su amor!
¡Que el Espíritu Santo los acompañe siempre!”